Singularidad

Cada uno de nosotros somos personas que tenemos un formidable  y complejo “cerebro” que está al servicio de la totalidad de comportamientos de nuestro cuerpo y de toda nuestra subjetividad.
Las Ciencias Psicológicas y las Ciencias Médicas están abiertas en su continua investigación al maravilloso mundo de la mente, de los estados mentales, la conciencia, la inconciencia y la autoconciencia.
Una niña de ocho años llegó a la consulta de evaluación y diagnóstico por indicación de sus maestros y cierta preocupación de sus padres. Parecía no estar suficientemente integrada con sus compañeros, se comunicaba poco y no se divertía en situaciones recreativas. Suponían cierto aislamiento y temían un incipiente estado depresivo. ( De paso dejo dicho que entre los ocho y nueve años a las niñas empiezan a pasarles cosas; a los varones hay que prestarles atención entre los diez y once años.)
En la tercer entrevista, conversando sobre sus preferencias la niña me dijo:
–         A mi me gusta pensar.
–         Y decime…qué es lo que se te ocurre pensar?
–          Mmm…no sé, cosas, estoy pensando algo que no entiendo…¿ Vos sabes cómo hago yo cuando le digo a mi mano que se mueva , o a mi pié…¿ves? No entiendo cómo mi pensamiento hace que mi cuerpo haga lo que yo quiero hacer… Acababa de descubrir que la mente y el cerebro no son lo mismo.
Se la estimuló a que comentara esas cosas que pensaba con sus compañeros y se le dio apoyo para la comunicación de sus intereses. Se desmitificaron las diferencias generadoras de exclusión y aislamiento. Comenzó a jugar.
El caso lo comento acá porque esa niña entró a la etapa de desarrollo de conciencia con conciencia de la existencia de funciones del cerebro y  funciones de la mente asociadas al pensamiento y a la subjetividad.
Son diferentes funciones que utilizan el mismo espacio de masa cerebral.
En primer lugar la función mental del cerebro permite la generación de imágenes cognitivas, imágenes que constituyen los conocimientos, adquiridas a través de sensaciones y percepciones del mundo circundante.
La complejidad del cerebro humano posibilita que toda percepción de cada individuo sea elaborada a través de infinitas conexiones de hechos significativos, exclusivas y diferentes para cada persona en una construcción que da como resultado la singularidad de cada sujeto.
“El cerebro es tanto artista como científico (Collins 2001) está diseñado para percibir y generar patrones y  modelos para representar las realidades que construye. Asimismo se resiste a tener patrones que no tengan ningún sentido o bien que sean impuestos.”
Por eso es interesante detenerse en éstas cuestiones en el ámbito de toda Educación  considerando siempre, en la medida de lo posible, que se dirige a cada uno de los aprendices.
En el terreno de las Psicoterapias, considerar las dificultades que plantean las vías facilitadas de comportamientos a nivel de la repetición y las dificultades para establecer nuevas conexiones que en su origen no están asociadas al Principio del Placer.
Por eso transmitir, a cada sujeto en su responsabilidad, que tiene el derecho de rescatar el valor personal que adquieren cada uno de sus aprendizajes y desarrollar las conexiones que lo guían desde su deseo… de realidad.

Contacto: veronica.arias@activamentes.com.ar

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